26 Ene

Jueces y comunidades autónomas pactarán el impulso a la mediación

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El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ultima estos días un convenio tipo para que las comunidades autónomas fomenten la mediación, según anunció ayer el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Álvaro Cuesta.

En el transcurso de su intervención en un acto celebrado con motivo del Día Europeo de la Mediación, organizado por las Instituciones para la Difusión de la Mediación (IDM), Cuesta explicó que se trata de que las Administraciones Autonómicas con competencias transferidas de Justicia se involucren en la elevación de la calidad de la mediación, en su formación, ayuda material y difusión.

Cuesta abogó por que la mediación intrajudicial pase a depender de la oficina judicial, mientras que el secretario técnico del Ministerio de Justicia, Julio Fuentes, apuntó la idea de que «si el juez considera que un asunto deba ir a la mediación, ésta debería ser obligatoria para las partes» y añadió que «esta medida sería mejor que masificar el procedimiento».

En respuesta a esta última propuesta, la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Rosario García, recordó que el Código de Deontología de la Abogacía de la Unión Europea (UE) plantea que uno de los deberes de los letrados es asesorar a sus clientes la opción por métodos alternativos a los litigios. Y añadió que «no nos vuelquen encima lo que no es propio del juez».

La mediación está reconocida por la legislación española como una vía alternativa para liberar a los tribunales de casi medio millón de litigios al año y descongestionar la saturación de casos en España, como ponen de manifiesto los datos del Consejo General del Poder Judicial referidos al año 2013, cuando en España se ingresaron más de 1,6 millones de causas civiles o mercantiles.

Reducir los procesos

La utilización masiva de la mediación como proceso previo reduciría la entrada de casos en casi un 30 por ciento, según las estimaciones de IDM. El Estado podría ahorrar 1.500 millones de euros. Para establecer estos cálculos, la UE establece el coste medio de un juicio civil en 4.007 euros para cada una de las partes frente a los 320 euros en un proceso de Mediación.

Sin embargo, Enrique Arnaldo, Catedrático de Derecho Constitucional, reconoció que la realidad es que «en España hay más mediadores que mediados» y por ello, propuso que «la mediación debería estar incluida dentro de la oficina judicial. En 2013, de 9.800 asuntos derivados por los jueces a la mediación tan sólo se lograron 2.000 acuerdos.

IDM está constituida por la Cámara de Comercio de Madrid y los colegios profesionales madrileños de abogados, procuradores, notarios, gestores administrativos, graduados sociales, psicólogos, economistas y arquitectos.

Fuente:  eleconomista.es

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13 Ene

Apple y Samsung acceden a la mediación en su pleito por las patentes

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Apple y Samsung Electronics han accedido a asistir a una sesión de mediación antes del 19 de febrero mientras preparan su encuentro en los juzgados estadounidenses, prevista para marzo, por las patentes en smartphones.

A la reunión asistirán nada menos que el CEO de Apple, Tim Cook, y su homólogo en Samsung, Oh-Hyun Kwon, a los que acompañarán sus respectivos abogados. Los equipos legales ya se reunieron el 6 de enero pasado para «discutir posibilidades de acuerdos extrajudiciales», según explicaron fuentes cercanas a Reuters.

Las dos compañías están envueltas en un proceso legal sobre patentes de smartphones en diversos países que no hacen sino reflejar la cruenta batalla que mantienen el mercado de los teléfonos inteligentes. Hasta ahora, Apple y Samsung han ido a los tribunales dos veces, en la Corte de San José, California, con un saldo vencedor para Apple valorado en 930 millones de dólares. A la empresa, estas victorias le han costado unos 60 millones.

Fuente: Cincodias.com

07 Ene

La mediación, una vía completamente desconocida en los conflictos sanitarios

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La mediación es una vía alternativa a la judicial que permite encontrar una solución a los litigios sanitarios. A pesar de las ventajas que aporta esta fórmula, que hace posible abordar precozmente conflictos entre profesionales que pueden derivar en riesgo psicosocial, en los últimos años apenas se ha aplicado en contadas ocasiones en comunidades como Cataluña. Desde la Sociedad Catalana de Mediación en Salud se insiste en que esta actividad ha sido anecdótica frente a las centenares de reclamaciones judiciales interpuestas por los conflictos que se podrían haber resuelto sin llegar a los tribunales, de manera más ágil y menos costosa.

Para el presidente de esta sociedad científica, el abogado Francesc José Maria i Sánchez, hay muchas razones que explican la tendencia a judicializar los conflictos sanitarios. Una de ellas es la falta de una cultura de diálogo en el tejido social que afronte los conflictos con la idea de que todas las partes deben ganar. «Tampoco ayudan mucho los dirigentes políticos, con el ejemplo que dan al judicializar controversias, ni determinados programas de televisión con mucha audiencia en los que el debate sobre los diferentes puntos de vista se sustituye por el enfrentamiento, el griterío e incluso el insulto», puntualiza el presidente. Todos ellos envían un mensaje negativo a la población.
A esto hay que añadir el desconocimiento social y entre los profesionales sanitario de la figura de los mediadores. En su opinión, perfectos desconocidos para la mayoría de la población a la vista de su escasa utilización y los nimios resultados prácticos que se obtienen.
(…)

El empleo de estas fórmulas de negociación extrajudiciales también puede suponer un freno a la práctica de la medicina defensiva, en plena expansión. El presidente de la sociedad catalana asegura que podría contribuir de manera considerable, ya que los profesionales se sentirían menos preocupados por las consecuencias de un posible error, al que todos se encuentran expuestos. Si las consecuencias de un fallo pueden acordarse con el paciente o su familia en un proceso de mediación, y en la medida que se generase esta práctica, los profesionales perderían incluso el miedo a confesar su error, destaca.
Y es que muchas veces, sostiene, quien ha sido víctima de un fallo médico lo único que pretende es que pidan disculpas por ello, que alguien les explique lo que ha pasado. Por su parte, cree que el profesional necesita «saberse perdonado por aquel a quien sin querer ha provocado un daño». (…)